Palabras que sanan, palabras que construyen: Una guía para familias

Palabras que sanan, palabras que construyen: Una guía para familias

febrero, 2025 |

Cada palabra que decimos tiene el poder de sanar o herir. Este artículo pretende que nos demos cuenta de la importancia de ser conscientes del impacto que nuestras palabras tienen en los demás y trabajemos por una comunicación más amable y respetuosa ya que las palabras hirientes pueden causar un daño emocional profundo, como una pequeña semilla que crece hasta convertirse en una gran preocupación. Pero también, debemos saber que, el poder de las palabras puede ser utilizado para construir una autoestima saludable, fomentar relaciones positivas y promover el bienestar emocional. Por ello, elige tus palabras con cuidado.

Según investigaciones de Mario Alonso Puig (cirujano, escritor y conferenciante internacional), se constató que tanto las palabras positivas como negativas influyen en los niveles de cortisol, la hormona del estrés. ¿Cúal fue el resultado? Las palabras negativas disparaban el cortisol, mientras que las palabras positivas lo reducían drásticamente.  

Además, la forma en que nos hablamos a nosotros mismos (diálogo interno) repercute en nuestro estado emocional. Así, podemos comparar nuestra mente con un jardín en el que los pensamientos que cultivamos crecerán y darán fruto. Si sembramos semillas de negatividad, cosecharemos tristeza. En cambio, si sembramos semillas de positividad, cosecharemos felicidad. No hay que olvidar que todos tenemos una voz interior que a veces puede ser muy crítica. Es importante aprender a identificar y desafiar estos pensamientos negativos. Como también, es saludable repetir afirmaciones positivas a diario que nos permitan cambiar nuestra perspectiva y fortalecer nuestra autoestima. Además, el hecho de imaginar situaciones positivas puede aumentar nuestra motivación y confianza. El entorno en el que crecemos y las personas con las que nos relacionamos tienen una gran influencia en nuestro desarrollo.

El entorno social es otro factor importante a tener en cuenta ya que las palabras de nuestros padres y cuidadores durante la infancia dejan una huella imborrable en nuestra identidad. La forma en que nos comunicamos con los demás refleja nuestra autoestima y nuestra percepción de los demás. Los mensajes que recibimos a través de los medios también pueden influir en nuestra forma de pensar y sentir. 

¿Qué estrategias podemos utilizar para una comunicación saludable?

  • Reconocer y validar las emociones. Es importante permitirse sentir y expresar las emociones negativas. Negarlas o reprimirlas solo las intensifica.
  • Buscar apoyo. Hablar con un terapeuta, un amigo de confianza o un familiar puede ser de gran ayuda para procesar las emociones y obtener una perspectiva diferente.
  • Practicar el autocuidado. Dedicar tiempo a actividades que te relajen y te hagan sentir bien, como hacer ejercicio, meditar o disfrutar de tus hobbies, es fundamental para tu bienestar emocional.
  • Cambiar los pensamientos negativos. Identifica los pensamientos negativos que te generan malestar y reemplázalos por pensamientos más realistas y positivos.
  • Establecer límites. Aprende a decir «no» y a proteger tus límites para evitar situaciones que te causen dolor emocional. 
  • Escucha activa. Presta atención a lo que la otra persona está diciendo sin interrumpir y trata de comprender su punto de vista.
  • Asertividad. Expresa tus necesidades y opiniones de manera clara y respetuosa, sin culpar ni juzgar a los demás.
  • Empatía. Ponte en el lugar de la otra persona y trata de entender cómo se siente.
  • Comunicación no verbal. Presta atención a tu lenguaje corporal y tono de voz, ya que pueden transmitir mucho más de lo que dices.
  • Resolución de conflictos. Aprende a resolver los conflictos de manera constructiva, buscando soluciones que satisfagan a todas las partes involucradas.

¿Y qué estrategias específicas podemos utilizar para niños y adolescentes?

  • Validar sus emociones. Hazles saber que sus sentimientos son válidos y que estás ahí para apoyarlos.
  • Modelar una comunicación saludable. Muéstrales cómo comunicarte de manera efectiva y respetuosa en tu día a día.
  • Enseñar habilidades de resolución de conflictos. Ayúdalos a desarrollar herramientas para resolver sus propios conflictos de manera pacífica.
  • Fomentar la empatía. Anímales a ponerse en el lugar de los demás y a comprender sus perspectivas.
  • Celebrar los logros. Reconoce y celebra sus éxitos, por pequeños que sean. 

En conclusión, las palabras tienen un poder inmenso. Al elegir nuestras palabras con cuidado, podemos construir una vida más feliz y plena. Fomentemos un ambiente donde las palabras sean utilizadas para construir, no para destruir.

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| Artículo escrito por: Malena González - Psicopedagoga y coordinadora de Educación Infantil en International School Peniscola.