¿Cómo estimular nuestro cerebro? (Maravillas de la neurociencia y la activación cognitiva)
Cotidianamente, para desenvolvernos en sociedad, realizamos una serie de acciones como pensar, aprender, recordar, percibir y hablar, que son posibles gracias a las funciones cognitivas que poseemos y que nos permiten llevar a cabo cualquier actividad.
Para mantener y perfeccionar este funcionamiento cognitivo contamos con una excelente herramienta, la estimulación cognitiva. Esta estimulación consiste en la realización de actividades con el objetivo de estimular la memoria, atención, concentración, lenguaje, razonamiento y control, etc.
Es por ello que cada vez son más los centros educativos que implementan estas técnicas con la finalidad de ayudar al alumnado a mejorar cognitivamente, sobre todo a nivel de concentración.
Pero, ¿qué es lo qué realmente se trabaja y para qué sirve?
- Estimulamos el funcionamiento cognitivo.
- Aumentamos el rendimiento y las capacidades cerebrales.
- Favorecemos la autonomía funcional.
- Podemos, incluso, recuperar funciones alteradas (atención, concentración,…).
Este tipo de actividades permiten que nuestro alumnado:
- Mejore su autoestima.
- Potencie sus capacidades.
- Manifieste un bienestar emocional y psicológico.
- Mejore su memoria a corto plazo.
- Mejore su coordinación.
- Mejore la atención, planificación y percepción.
Es decir, mediante unas actividades, sencillas y de corta duración, potenciamos el desarrollo integral de nuestro alumnado y a la vez, favorecemos la mejoría en otras competencias escolares. Es así como esta estimulación cognitiva, planteada desde el juego y el descubrimiento, permite ejercitar y fortalecer todas las áreas cognitivas, motrices, lingüísticas, sociales y emocionales. Lo mejor de todo es que, no necesitamos de ninguna técnica complicadísima sino que, para trabajarla y ponerla en práctica de una forma divertida y sencilla , es suficiente con hacerlo mediante el juego.
Desde ISP llevamos a cabo programas de Estimulación Cognitiva que engloban estos campos:
- Actividades de desarrollo de la inteligencia (actividades para ejercitar, reforzar y perfeccionar aquellas habilidades que configuran la inteligencia: percepción, atención, memoria, comprensión verbal, organización temporal, razonamiento lógico y habilidad numérica).
- Actividades de relajación (a través de estas actividades los niños y niñas desarrollan su inteligencia emocional, aprendiendo hábitos de vida saludable en una sociedad que cada vez les presenta estímulos constantemente. Les ayudamos a desarrollar su verdadero potencial, rendimiento físico e intelectual).
- Brain gym en el aula (ejercicios que permiten estimular la actividad cerebral y que resultan muy útiles para generar nuevas conexiones entre las neuronas, mejorando así el equilibrio y el aprendizaje).
- Pasatiempos (recurso educativo que nos permite trabajar algunas capacidades mediante el entretenimiento. Mediante estas actividades trabajamos capacidades como la atención, la motricidad fina, memoria, concentración y la coordinación óculo-manual. Además, estos ejercicios nos permiten ejercitar la paciencia, la planificación, la creatividad, la imaginación, la lógica y el análisis deductivo).
De la misma forma, la presencia activa de los padres es determinante y muy importante para el desarrollo cognitivo de los niños y las niñas. Realizar en familia este tipo de actividades promueve y facilita el crecimiento y desarrollo de sus capacidades, ayudando en su crecimiento y formación personal como adolescentes y adultos saludables, con herramientas sólidas y eficaces para desenvolverse en sociedad. En definitiva, poner al alcance de sus hijos e hijas herramientas de valores y facilitando su desarrollo cognitivo en aspectos como la capacidad para retener y elaborar información, para fijar la atención, para saber equilibrar entre la búsqueda de recompensa inmediata y una visión más a largo plazo, contemplando y valorando objetivos y procesos más importantes.
En resumen, los niños y niñas podrán profundizar y desarrollar más sus funciones cognitivas en la medida en que sus padres, familia y entorno escolar los provean de oportunidades estimulantes, así como también, estén comprometidos con ellos y su proceso de crecimiento. Los adultos nos centraremos tanto en las fortalezas como en los puntos débiles de los niños y niñas, potenciando al máximo las competencias en cada una de sus áreas de desarrollo, sin llegar a forzar ni imponer, valorando la individualidad de cada uno. De esta manera, se potencia el desarrollo de su personalidad promoviendo la comunicación, la participación y la motivación, mejorando la autonomía e independencia de nuestros niños y niñas.