Importancia de la familia y relación con el colegio

Importancia de la familia y relación con el colegio

May, 2023 |

“IMPLICOLABORACIÓN”:
BELLO TÉRMINO PARA DESCRIBIR LA RELACIÓN FAMILIA – ESCUELA


De sobras es sabido que la relación familia escuela resulta fundamental para contribuir al desarrollo integral del niño. Nadie pondría en duda que la educación es una tarea compartida entre padres y educadores, ¿verdad?

Diversos estudios demuestran que la implicación de las familias en el proceso educativo de sus hijos representa uno de los cinco factores que más impacto tienen sobre los resultados académicos y como una variable especialmente relevante a la hora de explicar otros aspectos relacionados con la excelencia en educación.

Dentro del campo de la Psicología tres son las condiciones básicas de la educación familiar para que esta sea de calidad (Chiu, 2004; Díaz-Aguado, 2006): 

  • Un afecto incondicional, que les dé seguridad sin protegerlos en exceso. 
  • Un cuidado atento, adecuado a las cambiantes necesidades de seguridad y autonomía que viven con la edad. 
  • Y una disciplina consistente, sin caer en el autoritarismo ni en la negligencia, que les ayude a respetar ciertos límites y aprender a controlar su propia conducta. 

Los centros educativos no deben de realizar solamente una función educativa basada en la adquisición de unos conocimientos, sino que además, deben educar a los niños y niñas, intentando ser un apoyo para las familias.

Esta relación debe ir enmarcada en un clima de confianza y acompañamiento que surge de una relación fluida entre familias y docentes, lo que permitirá detectar fácilmente posibles dificultades en el desarrollo y aprendizaje de los niños y las niñas.

En ISP abogamos por el trabajo cooperativo entre los dos contextos, educativo y familiar, y esta colaboración es posible si existe:

  • Clara delimitación de los roles  y las responsabilidades.
  • Confianza de los padres en el saber hacer profesional de los profesores.
  • Los profesores han de reconocer a la familia como primeros educadores.

Por ello es imprescindible, para el desarrollo de la labor docente, que cada una de las partes integrantes asuma sus roles, el profesor no es el padre ni la madre. Los padres y educadores tienen la responsabilidad de formar a niños y adolescentes en unos valores éticos, cívicos, para la buena convivencia en el centro escolar, así como en la sociedad. 

La escuela sin la familia no podrá conseguir sus objetivos educativos. 

Esta acción conjunta de los dos contextos principales del niño conducirá a su estimulación, aumentando autoestima, rendimiento escolar y capacidades actitudinales. En efecto, el reparto de responsabilidades es fundamental para el desarrollo del autoconcepto del niño en edades tempranas. También, cómo no, para la mejora de sus habilidades sociales, psicomotrices, creativas y cognitivas.

Los beneficios de esta interrelación abarcan todos los ámbitos del desarrollo:

  • Mejora las capacidades intelectuales.
  • Facilita el proceso de socialización de los alumnos.
  • Mejora la autoestima y la confianza en sí mismos.
  • Proporciona una educación emocional equilibrada.

Nuestros alumnos, que son los futuros ciudadanos, necesitan referentes en su vida personal, académica y social por lo que la colaboración entre familia y escuela es fundamental.

Es así como entendemos nuestro centro educativo. Un centro de encuentro, donde familias y docentes interactúan desde el respeto y la colaboración, logrando un espacio de intercambio de inquietudes y necesidades. Surge así, compromiso y confianza entre ambas partes y un esfuerzo de diálogo sobre los puntos clave del desarrollo y aprendizaje de los alumnos. En ISP reconocemos y valoramos la contribución que las familias realizan al proceso educativo; al igual que remarcamos que el profesorado desempeña un rol fundamental en el desarrollo emocional e intelectual de sus alumnos por lo que su labor, cobra especial protagonismo en la sociedad actual, marcada por la globalización, los avances tecnológicos, la diversidad y la multiculturalidad. Y, si queremos conseguir la mejor educación para nuestros niños y niñas y el desarrollo de todas sus potencialidades debemos trabajar conjuntamente con las familias.

Planteamos la colaboración con las familias más como una cuestión de calidad que de cantidad, donde predomine un trabajo cooperativo en un clima de diálogo y confianza mutua con el objetivo de atender mejor a nuestros alumnos y alumnas.



Familia y escuela;
 «Raíces y alas, pero que las alas arraiguen y las raíces vuelen»
J.R. Jiménez


Compartir en RRSS
| Artículo escrito por: Malena González - Psicopedagoga y coordinadora de Educación Infantil en International School Peniscola.